Miguel Serrano disecciona toda una vida en su Zaragoza natal a través de un trasunto de su personalidad, que reflexiona sobre la violencia y sus formas con una narración en torbellino, que no da lugar al respiro.
Qué: Libro (edita Candaya)
El narrador zaragozano se lanza a la primera novela con la base de sus aclamados relatos, una producción poética notable y un día a día como traductor que le confiere seguridad a la hora de enhebrar las historias propias. Es el suyo un estilo apabullante, en cascada, dibujo de trazo intenso que se regodea en las sensaciones y las vierte en bucles, subtramas, reflexiones, arrancadas y frenazos. Serrano te sube a su Fórmula 1 y sugiere que abras bien los ojos: aquí abre el visor en dirección a un joven atormentado por haber acosado a una compañera de colegio, Laura Buey, y tener la certeza de que le ha arruinado la vida tras muchos años sin verla. La idea se retuerce entre imágenes de todos los actos violentos que han ocurrido en su entorno, desde peleas con skins hasta la lucha de clases y los roces familiares. También hay una reflexión sobre la culpa, sobre la venganza, sobre la paternidad, sobre la experiencia de afirmar una personalidad en una ciudad de provincias, sobre la apropiación de las experiencias ajenas, sobre las redes sociales, sobre los ídolos y los personajes anónimos que trazan y destruyen al mismo tiempo nuestra educación sentimental. Una visión extensa, además, de las tres últimas décadas de su Zaragoza natal.