El autor catalán consagra esta obra a radiografiar la figura de Félix Romeo, el desaparecido escritor zaragozano al que no conoció en vida, y a quien se aproxima a través de amigos y testimonios varios.
Qué: Libro (edita Libros del K.O.)
La idea no es nueva, pero sí rara. Un autor glosa de una manera cercana (que no biografía: lo deja bien claro) a otro que prácticamente es de su quinta, sin haberlo conocido, bebiendo de la inagotable fuente de los amigos de un tipo con trazos de genio, que vivió la vida con una intensidad fuera de lo común. Félix Romeo, ido a destiempo en 2011 con apenas 43 años de edad a causa de un infarto, fue un autor de poca obra narrativa y prolífico hasta lo inaudito en crítica, ensayo, crónica, apunte, análisis. Martínez Lucena enhebra una suerte de zapping literario para dar coherencia a su propia visión y a la de quienes trataron y quisieron a Félix: también lo recuerda con frases tan lapidarias como ciertas: «Creía que había que escribir como el cultivador de champiñones: con los pies enterrados en mierda y con la certeza de que el producto no es un manjar. Creía en Zaragoza y en el Zaragoza y en el gol de Nayim. Creía que todo el mundo debería vivir enamorado». Tan solo una breve muestra de la capacidad de Romeo para sacar el jugo a cada segundo de su existencia y brindar desinteresadamente el goce obtenido a sus amigos.
