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viernes 22 de noviembre de 2024
Ibon Errazkin
Foto: Javier Aramburu

Foto aérea

Ibon Errazkin

La capacidad del donostiarra Ibon Errazkin para tejer melodías atemporales no conoce límites. Una realidad que vuelve a aflorar en Foto aérea, flamante trabajo que contiene una decena de hipnóticos sueños musicados.

Qué: Disco (Elefant)

Ya sea a través de Aventuras de Kirlian, Le Mans, Single o en solitario, a lo largo de treinta años de trayectoria discográfica, Ibon Errazkin jamás dio un paso en falso. De hecho, repasando su carrera de fondo, emerge un collar de perlas sónicas difícilmente igualable dentro de la escena del pop español actual.

Así ocurre también con Foto aérea, una nueva obra maestra en la que da pleno sentido a una realidad intrínseca en su modus operandi: ser compositor antes que músico. Si ya a mediados de los 90 reconocía que pertenecer a una banda pop no le seducía tanto como poder escribir bandas sonoras, aunque sean sin película, en este trabajo formaliza tal ambición con más ahínco que en cualquiera de sus otros discos firmados bajo su puño y letra.

Dicha sensación aflora desde la balalaika preñada en saudade con la que se abre esta instantánea de su arte, tan fabulosamente explicada en la portada realizada por Javier Aramburu para la ocasión. Porque de eso se trata precisamente: un mapa de las músicas que sobrevuelan la cabeza del donostiarra, quien ha reducido el cromatismo de sus anteriores trabajos, olvidándose de los efluvios a lo Ennio Morricone y sus derivas fronterizas y jamaicanas, para en su lugar transportarnos a un sueño absolutamente propio, más hipnagógico que nunca, sin cartografías de vuelo que nos lleven a otras estaciones que no sean la suya propia.

Ibon Errazkin Foto aérea

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