Con siete libros sobre la espalda, la escritora madrileña estrena un relato que describe la adolescencia en conflicto de una chica punk y sus correspondientes crisis de personalidad.
Llega un momento en la vida de todo escritor en el que ya no es necesario seguir demostrando capacidades. Sus libros son bien reseñados, sus pares respetan su obra y su público la consume de un modo habitual. ¿Cuál es la motivación entonces tanto para el literato como para sus lectores? El desafío es ir encontrando, sin prisa pero sin pausa, la esencia de esa escritura, las diagonales literarias que cruzan a la ficción con la realidad, descubrir hasta qué punto aquello que nos cuentan tiene su origen en la historia personal del autor.
Después de siete libros publicados (todos en Anagrama), la obra de Belén Gopegui parece comenzar a asentarse en ese camino de ida que significa abrirle la puerta a la autobiografía para intentar disfrazarla de literatura. En ese punto se estaciona Deseo ser punk, una novela sobre los orígenes de una personalidad adulta que sentó las bases de su ideología en el ideario rebelde de fines de los setenta.
Con el rock de la época como música de fondo y el punk como manual de vida, la nueva novela de Gopegui no sólo desglosa una prosa impecable para construir su relato: también la utiliza para describir el derrotero de Martina, una adolescente en plena efervescencia que debe tomar determinadas decisiones para seguir con su vida. Una vida con la que se sentirán identificados muchos cuarentones que crecieron levantando banderas que hoy siguen izadas más por cariño y recuerdos que por credo.