El tesoro del chileno Roberto Bolaño sigue revelando joyas de una obra que merece una reedición completa. Ahora es el turno de una nouvelle casi inhallable hasta la fecha.
Nadie que tenga cierta afición por la literatura latinoamericana desconoce que el desaparecido Roberto Bolaño nació en Chile pero escribió buena parte de su obra (publicada) en España, más precisamente en la Cataluña profunda de Blanes, pueblo ubicado a una hora y media de Barcelona. Sus novelas, sin embargo, viajaron por todo el mundo: mientras algunas transcurren en Santiago de Chile, las dos más monumentales, la inconclusa 2666 (2004) y Los detectives salvajes (1998), que son las que lo lanzaron a la fama y le dieron prestigio, despliegan el derrotero de sus personajes por distintas ciudades europeas.
Una novelita lumpen, editada originalmente en 2002 y reeditada por estos días, transcurre en Roma. Sin embargo, la historia que relata aparece muy relacionada con un libro de un catalán y una película ya clásica de un vasco: Cosas que hacen Bum!, de Kilo Amat, y Lucía y el sexo, del reconocido Julio Médem. No es que tenga una relación más allá de las casualidades, para nada, pero sirve como guía para explicar hasta qué punto la identidad de Bolaño estaba empapada de una forma de fábula a la española. Porque la narración que se esconde detrás de la magnífica prosa de Bolaño parece un nexo entre ambos argumentos. Por un lado, la pérdida de sus padres a una edad temprana que sufre Bianca, la protagonista, que tiene las mismas reacciones que el Pànic de Amat. Por otro, su voracidad sexual es casi la misma que dicta los pasos de la chica confundida de Médem.
Entre el ser latinoamericano y la identidad europea (que a esa altura de su vida ya se había hecho carne), el tesoro de Roberto Bolaño sigue sorprendiendo a todos aquellos que lo descubrieron luego de su triste fallecimiento en 2003.