Un disco doble de «grandes éxitos» pone fin a la relación de la diva con la discográfica Warner y reúne a sus hits para la posteridad.
Año 2040, por ejemplo. Tienes entre sesenta y noventa años, no importa. Tu nieta se acerca y te pregunta: «¿Quién fue el icono de la música pop de la década del ochenta, Abu?» No dudas y le respondes: «Madonna, niña, Madonna». Te levantas del sofá con tus huesos a cuestas y le muestras tu copia de Celebration –vaya a saber uno si todavía existirá el CD, pero en fin…–, el recopilatorio que recoge, uno a uno y a modo de ametralladora, los hits de la Reina del pop.
Así de representativo es este doble álbum que acaba de ver la luz para presentar, además, dos temas inéditos: el poderoso single Celebration (producido por Paul Oakenfold) y Revolver, escrito nada menos que por Lil Wayne. El resto son viejos éxitos que, nunca está de más decirlo, no han perdido su vigencia ni su valor: al contrario, escucharlos todos juntos nos recuerda hasta qué punto la música de «la Ciccone» está incrustada en el alma de todo amante del buen pop.
A guardarlo bien que esperan los nietos.