El cantante, músico y productor más laborioso de la nueva chanson presenta un nuevo trabajo que invoca todos sus atributos: grandes arreglos, letras incisivas, melodías orquestales.
Cuando irrumpió en la escena francesa del nuevo siglo, una escena que tuvo que arreglárselas para salir del imperio del «french touch» para ofrecer nuevos rasgos de identidad, Benjamin Biolay fue tan aplaudido como resistido. Es lo que generalmente sucede con aquellos artistas adelantados a su tiempo, aquellos que, dominados por su creatividad imparable, deciden no pedirle permiso a nadie para salir a mostrar a los cuatro vientos lo que tienen para decir.
Con los años ya nadie pudo dudar de su talento, un talento que no sólo se quedó atrapado en sus discos solistas sino que fue lo suficientemente generoso como para inmiscuirse en los discos de las «chicas de Biolay», entre ellas su ex novia Keren Ann, su ex esposa Chiara Mastoianni y su hermana menor, la dulce Córalie Clément.
Pero el verdadero Biolay siempre estuvo, mezclando melodías orquestales con angustias existenciales, en sus trabajos en solitario. El último de todos se llama La Superbe y sale hoy a la calle para confirmar que su capacidad para firmar letras exquisitas, escribir arreglos elegantes y cantarlo todo con esa voz suave que recuerda a Gainsbourg, sigue intacta.
Para ir degustándolo de a poco, www.myspace.com/benjaminbiolay.