El folk según Stephin Merrit. O cómo seguir escribiendo canciones trágicas con melodías perfectas abusando de los formatos musicales.
«La repetición hace al estilo» pregonaba Oscar Wilde muchos, muchos años atrás. No lo decía de un modo peyorativo, más bien lo contrario: el gran literato inglés sostenía que todo artista que ha encontrado una voz que considera personal debe desarrollarla y desarrollarla hasta el cansancio.
Salvando las distancias, hay algo de Wilde en el universo de Stephin Merrit, único piloto a bordo del barco The Magnetic Fields. Por lo menos en el uso de la ironía y el cinismo: ya sea cuando hable del amor, de las drogas o del estado del mundo, nada de lo que aparece en cada una de las letras de su autoría está exento de doble sentido.
Su nuevo trabajo, Realism, no es la excepción, claro: según su autor, se trata de un disco de folk; al mismo tiempo, también aclara «que no es capaz de soportar el sonido de una guitarra acústica durante más de dos minutos». Como sea, las buenas canciones todavía están ahí, y eso es lo único que interesa.
Canciones como Always Already Gone o Painted Flower podrían haber pertenecido a su obra maestra, el álbum triple 69 Love Songs. ¿El resto? Grandes melodías para silbar en la ducha o de camino al trabajo, con una media sonrisa en los labios.