Todos tenemos derecho a amar y a ser amados, aunque físicamente no seamos muy agraciados. Este es el mensaje que transmite Que se mueran los feos, una comedia campestre que no deja a nadie fuera a la hora de reírse de la triste realidad.
No hace falta aclarar que ninguno de los dos protagonistas del filme de Nacho G. Velilla, Eliseo (Javier Cámara) y Nati (Carmen Machi), son precisamente las personas más guapas del mundo. Claro que, tal y cómo sucede en la vida real y con las personas reales, a pesar de ello no se rinden en su lucha por encontrar la felicidad, aunque haya varios obstáculos por el camino. Más obstáculos que los que suelen sortear aquellos felizmente «agraciados».
Se trata de una comedia romántica, ambientada en un escenario rural. No es una comedia romántica al uso, es cierto, más que nada porque en esta cinta el componente de realidad no sólo dialoga con la ficción, sino que logra imponerse a ella: nadie que haya sufrido por su aspecto dejará de identificarse con la historia y los diferentes martirios que deben atravesar sus personajes.
Lo explica mejor su propio director: «Estaba cansado del tópico, del millonario se enamora de chica joven… En este filme queríamos que todo fuera más normal, porque a la gente le cuesta llevar la vida día a día. También he huido del cambio típico de las comedias americanas: eso de que el feo se vuelve guapo; el chulo, amable, la niña mimada… Aquí, las personas feas siguen siendo feas y los pobres, pobres».
Que se mueran los feos se estrena hoy en los cines españoles.