Una colaboración inesperada e intimista entre el cantautor y el guitarrista argentino Juan Carlos Allende da como resultado un álbum orillero y errante, integrado por grandes canciones de desamor, odio y venganza.
La génesis de este nuevo y sorprendente álbum de Carlos Ann tiene fecha y momento preciso: el concierto de Chavela Vargas en 2006 en el Palau de la Música de Barcelona. Aquella noche, después de disfrutar del show, Carlos quedó tan impresionado con la performance del guitarrista argentino Juan Carlos Allende que decidió acercarse para proponerle, informalmente, una colaboración.
La respuesta fue positiva e inmediata. Meses después, Ann viajaba al DF mexicano, ciudad en la que reside Allende, para comenzar a delinear el disco que hoy llega a nuestras manos, este precioso El tigre del Congrés.
La voz de Carlos Ann, las guitarras de Juan Carlos Allende. Es todo lo que puede escucharse a lo largo de un álbum que, sin embargo, brilla en su economía de recursos. Las guitarras son realmente brillantes y elevan a las canciones a dimensiones hasta hoy desconocidas en la música del ex compinche de Bunbury. Las letras, más filosas que nunca, consiguen en la intimidad sonora del álbum un lugar de privilegio, lugar que llenan con buenas historias y mucha lírica callejera.