Un cantautor precoz se sienta al piano para ofrecer una serie de canciones atormentadas grabadas en baja fidelidad, con el corazón en la mano y las venas abiertas.
No, no estamos ante una grabación perdida de Michael Stipe sentado al piano de la casa de su abuela. Tampoco frente a un álbum pirata de Elliott Smith ni de Nick Drake, ni lo que tenemos entre manos es un disco perdido de Chris Martin entonando canciones tristes en un mal día. Se trata de Learning, auspicioso debut del estadounidense Mike Hadreas, apenas veinte años, más y mejor conocido como Perfume Genius.
Sobran buenas canciones, maquilladas por una voz débil que se quiebra pero no se rompe, adornadas por grandes melodías, como las de Mr. Peterson y la propia Learning. Los textos no se quedan atrás, tan llenos de ironía, historias extrañas y construcciones inusuales. Gay Angels es una excepción: un estupendo tinglado sonoro, construido a partir de órganos y sintetizadores.
¿Álbum debut? No parece. Los genios perfumados son así.