Qué: disco (edita Bad Seeds/Popstock!)
Porque Nick Cave conmueve en 360 grados de acción simultánea e insoslayable. El primer disco con sus Bad Seeds en cinco años (los mismos músicos hacían otras músicas en Grinderman) es como el sol mordiendo el horizonte al caer la tarde, un trabajo que golpea con suavidad la arena de la playa, un disco que se saborea, que se absorbe por ósmosis, que atraviesa la piel poco a poco, sin violencia. Una canción de cuna que mece y no adormece, una barca que avanza despacio por un lago y deja una estela perfecta a su paso. Canciones que abundan en las heridas terribles del alma y las envuelven en una melodía de curación. Aunque las letras digan que no hay redención, la música acaba inoculando ese efecto sanador en el alma del escuchante. Nueve poemas sin rima que dispararían aún más las poderosas imaginaciones de Poe o Lovecraft, escritos por un señor australiano que trabaja y vive en la eléctrica Brighton, el templo mod de Quadrophenia queahora es más conocido como el lugar de residencia de Su Majestad Nick Cave.