Qué: disco (edita Pias)
Porque este nuevo trabajo de la banda de Marc Gili, producido en los estudios Fatman de México DF con Phil Vinall al timón y Luis López en la mesa, es el regreso al estudio de los barceloneses tras cuatro años… y se trata de un retorno venturoso, con el toque naif y el preciosismo tecno que caracterizan a Dorian. El proceso de grabación estuvo enriquecido por factores relacionados con el karma; México y el grupo se aman, sentimiento que se traduce hasta ahora en giras frecuentes y estancias prolongadas que dejan amistades, como la de Sergio Zoé, que trabajó con sus colegas del otro lado del Atlántico en las guitarras del disco. Los diez cortes (una brillante intro instrumental y nueve temas contundentes) encierran algún que otro futuro himno, como Los amigos que perdí, y un múltiple homenaje a la banda de Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio: canciones como El temblor, El sueño eterno, Arde sobre mojado y, evidentemente, Soda Stereo son referencias nominales directas al enorme trío argentino.
