Érase una vez

David Trueba se considera, ante todo, periodista, aunque su trabajo como guionista y director de cine le diera nombre desde mitad de los noventa, y el éxito obtenido como novelista le haya afianzado en la escena literaria. El madrileño lleva casi veinte años colaborando en medios como El Mundo, El Periódico o El País: sus columnas de opinión tienen siempre el poso de inteligencia, lucidez y humor que se valora en el trabajo de comunicación que efectúa un observador preclaro, con referentes del porte de Rafael Azcona o Fernando Fernán Gómez. En este libro compila sus mejores incursiones periodísticas: ahí alterna un poco de todo, desde dardos elegantes a reflexiones cargadas de matices o, simplemente, análisis de pequeñas y grandes realidades. Siempre, eso sí, desde una óptica serena, franca y documentada. Trueba aplica en sus píldoras el mismo pulso e intensidad presentes en sus narraciones de largo recorrido, como Abierto toda la noche (1995), Cuatro amigos (1999) o Saber perder (2008).