Para muchos, en la música del cantautor eléctrico Diego Peralta descansa buena parte del presente y futuro de la canción chilena más joven, esa que recogió el guante de Javiera Mena y Gepe, quienes abrieron un camino que día a día se vuelve más transitado. ¿Cómo rebatirlo al escuchar la espléndida inspiración que despide Deliramos, su nuevo disco? En estos tiempos de superpoblación de lanzamientos y tanta oferta gratuita, el desafío del autor novel es cómo capturar el interés del oyente en pocos segundos: tanta oferta redujo notablemente el tiempo de atención medio. Pero Peralta juega con la carta más eficaz: una originalidad que atrapa desde el primer acorde. Con guiños a sonidos de todas las épocas y subido al pop revestido de rock (con gotas de soul blanco aquí y allá), el conjunto rezuma actualidad, fundamentalmente por sus melodías artesanales y sus sorprendentes letras, que son mini-manifiestos generacionales que, sin embargo, no dejan a nadie fuera.