Qué: Disco (edita Pias)
Se ha hecho esperar un poco, pero ya está aquí. El tercer disco de Gentle Music Men, cocinado a fuego lento por Dani Poveda, una figura en alza que ha venido simultaneando en estos últimos años su papel como guitarrista de Marka Makovski con el empeño personal traducido en este Sueño infinito. En América Latina sonará un poco al Aleks Syntek de Bienvenido a la vida, con gotas de la vena más onírica de los Babasónicos. Los catalanes ya han pasado en más de una ocasión por el fuego cruzado de los grandes festivales (Primavera Sound, FIB) y han salido indemnes de la prueba. Ahora, con este nuevo grupo de canciones, el objetivo es despojarse de todo corsé formal y emocional, para dejar que el invento fluya con toda la carga protónica que encierra. La música de Gentle Music Men es un trote suave por la campiña, con los violines culebreando alrededor de esa sección rítmica que marca el paso con mimo. Un álbum idóneo para acompañar almas incandescentes en un viaje de cielo plomizo.
