Una nueva película de Daniel Sánchez Arévalo siempre es un motivo de alegría. Esta vez, sumergido de nuevo en la comedia, aborda dos temáticas muy españolas: matrimonio y fútbol.
Qué: Película (estreno en España)
Van cuatro, y sigue sorprendiendo. Daniel Sánchez Arévalo digirió bien el éxito de su debut, Azuloscurocasinegro, pasó la reválida con Gordos, apabulló con Primos y vuelve a dar en el clavo ahora con La gran familia española. Con sus dos actores fetiche, Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez, más la inclusión en los nombres fuertes del reparto de Verónica Echegui (cada vez mejor actriz), Sánchez sitúa su película en un momento capital de la historia reciente española: la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica. La boda coincide con el gran partido entre España y Holanda; con el país paralizado, cinco hermanos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín: todos son nombres bíblicos) deben decidir su aproximación al hecho matrimonial, y la forma en que cada uno de ellos va a jugar ese partido. La película, una comedia que no escatima guiños al cine español de los sesenta, se desmarca sin embargo de esquemas añejos, y mantiene ese tono Sánchez Arévalo que combina el pequeño drama con la ironía y el punto grotesco; se rodó el año pasado, y su director ha estado mimando a posproducción, que incluye una agradable sorpresa: la banda sonora es de Josh Rouse, artista estadounidense afincado en España que ha sacado su última referencia con el sello Grabaciones en el Mar.