Dicen que menos es más, y en el caso del grupo brasileño de folk latino se cumple a rajatabla: nueve pepitas acústicas tan preciosas como genuinas.
Qué: Disco (independiente)
Suele pasar que el encanto de un grupo de composiciones encuentren su eje conceptual en la máxima simpleza de interpretación, y sobran ejemplos: desde la compleja naturalidad de Nick Drake hasta la pureza de Caetano Veloso, muchas veces una mínima expresión alcanza para conmover. Algo de eso sucede con Simonami: sus canciones, que no parecen haber recibido ninguna clase de maquillaje desde su creación hasta su grabación, miran directo a los ojos para asegurarse una conexión genuina con el oyente, sin artificios ni dobles mensajes. Puede estar cantadas en español, como pasa en la preciosa Soledad o en portugués (como la mayoría), pero funcionan como un conjunto real: cerrar los ojos y escuchar estas nueve piezas producidas por Vinicius Nisi es como trasladarse imaginariamente a una reunión en la que las angelicales voces femeninas y masculinas de Simonami estuvieran cantando únicamente para nosotros. Un álbum ideal para acompañar una noche a la luz de las velas, con el folk latino de este grupo sorprendente como banda sonora.
