Más instrumentación, menos lamento, y una visión optimista del amor: en su nuevo trabajo, el grupo brasileño se muestra con el ánimo en alza.
Qué: Disco (edita Deckdisc)
La referencia más reciente acerca de Vanguart se remonta a su elogiadísimo álbum anterior, Boa parte de mim vai embora, un disco prácticamente conceptual sobre el desamor y las heridas que dejan las relaciones que terminan: letras de corazones rotos, música melancólica. Canciones en cámara lenta, para tararear con la cabeza gacha. Con la salida de Muito mais que o amor, su nuevo trabajo, queda claro que algo cambió en el ánimo de la dupla compositiva del grupo, formada por Helio Flanders y Reginaldo Lincoln. Con una instrumentación mucha más colorida y presente –las filas de Vanguart se completan con Douglas Godoy, en batería; Luiz Lazzarotto, en teclados; David Dafré, en guitarras y clarinete; y con la violinista Fernanda Kostchak– este álbum se presenta como el lado positivo de su nostálgico predecesor: aquí todo es armonía, positivismo y paz. Como si Jack Johnson se hubiera mudado a Brasil para colorear con su música las hermosas puestas de sol de las playas cariocas. Once canciones optimistas y poderosas que propulsan a Vanguart a las radios y corrigen su imagen de chicos mustios y meditabundos.
