Uno de los cantautores pop más celebrados y sorprendentes de la música brasileña actual entrega un nuevo disco repleto de influencias y aciertos.
Qué: Disco (independiente)
Dos años atrás, Cícero sorprendió a todos –fundamentalmente a sí mismo– con el éxito nacional de Canções de apartamento, un álbum ambicioso que mezclaba, sin pudores ni prejuicios, sus múltiples influencias: con una instrumentación más bien simple y doméstica, aquellas piezas de pop elegante mostraban su amor tanto por Radiohead como por Chico Buarque, Adriana Calcanhotto, The Beatles, The Kinks y David Bowie. Con el suceso generado por su predecesor –quizás haya ayudado que el disco podía descargarse de manera gratuita–, este segundo trabajo, titulado sencillamente Sábado, carga sobre sus espaldas el peso de todas las miradas. Sin embargo, esa presión no parece haber ejercido sobre este artista impredecible, agradecido y extraño. Porque Sábado es un paso adelante, sobre todo en el plano instrumental: los pasajes más inspirados del disco –en el marco de un trabajo muy inspirado, lo cual es decir bastante– son aquellos en los que Cícero decide no cantar para expresarse mediante preciosos segmentos musicales que, a veces, dicen más que sus letras.