Álex de la Iglesia se zambulle feliz en la comedia abracadabrante. La revisión de la leyenda de las brujas en la Navarra profunda se apoya en la gran Carmen Maura y un reparto con mucho tirón taquillero.
Qué: Película (estreno en España)
El asunto de la retranca, del humor negro, siempre ha estado presente en la obra del director bilbaíno Álex de la Iglesia, desde que Mirindas asesinas y Acción mutante le consagraran en el negocio dos décadas atrás. A veces lo destila en plan esencia, gota aquí y gota allá, mientras que en otras prefiere invocar a la locura y dejarse llevar por ella en todo el metraje. Es el caso de esta nueva apuesta, que narra la historia de unos ladrones circunstanciales (interpretados por Hugo Silva y Mario Casas, los dos sex symbols nacionales del momento, parodiando parcialmente ese rasgo de su bagaje artístico) que atracan el Compro Oro de la Puerta del Sol madrileña llevados por una situación vital extrema, y emprenden la huida hacia el norte de la península en un taxi. El botín es curioso: llevan consigo 25.000 alianzas de boda, algo que atrae la atención de las brujas de Zugarramurdi cuando están muy cerca de llegar a Francia y, si se tercia, aplicarse un «carretera y manta» hasta Disneyland París. La cinta incide en las carencias sociales de los hombres como género, y recurre para ello a toda suerte de situaciones (sin soslayar los efectismos) que involucran a las brujas. Delirio y diversión en dosis masiva.