La banda mexicana propone en su nuevo álbum una singladura por su mundo de colores, con la velocidad limitada y la clara vocación de disfrutar del paisaje.
Qué: Disco (edita Universal)
León Larregui y sus muchachos amagaron bien el disparo con el single de adelanto, 10 AM, y el resto de la producción que acaba de salir a la venta responde fielmente a lo que se esperaba de la banda mexicana: un disco poderoso, intenso y dulce, en el que la elegancia sigue siendo la base de todo y las aristas emocionales se canalizan en una suerte de mundo robótico paralelo que, lejos de robar vida a los temas, les confiere una nueva luz. Canciones como Dos mil trece o la bellísima Arrullo de estrellas (casi una oración) son muestras de esa devoción por los paisajes multicolor y la erótica de la languidez expresiva. En su casa gringa, Sonic Ranch, Zoé se dedicó a trabajar primero las melodías e xxxxxxar después las letras, proceso en el que Larregui ha dejado paso a sus compañeros en dos ocasiones: el bajista Ángel Mosquera lo hace en Ciudades invisibles y el teclista Jesús Báez en Altamar, encargándose ambos de la parcela vocal en sus temas, con León en los coros. El grupo se lanza desde ya a una gira de presentación a ambos lados del Atlántico, con parada y fonda en los Status; ya hay casi un centenar de shows confirmados.
