Eres uno más y de pronto te vuelves irresistible. En el anuncio hay hordas de mujeres acudiendo a acariciar tu rostro: en la vida real habrá cientos de ojos (y algunas manos, claro) que notarán el cambio que trae Total Perfector
Qué: Crema facial para hombre
Hablemos claro. No lo decimos a gritos, pero todos queremos lucir bien. Necesitamos batallar contra los efectos de la edad, el estrés, las clases nocturnas de claqué del vecino de arriba, las facturas del mes apiladas en el bulbo raquídeo: es complicado exhibir un rostro fresco y saneado al salir a la calle. De pronto te encuentras con un reclamo en la acera que te promete el don de la (atención a la palabreja) irresistibilidad. Te miras a los dos hombros y el diablito le gana al angelito: vas a llegar tres minutos tarde allá donde vas, porque quieres probar esa crema facial de atractivo empaque, que promete (y cumple) no ser grasa, no agredir con su aroma y generar beneficios instantáneos. Lo primero es limar asperezas, y no solamente con la vida, sino con la piel. Luego hay que uniformar el tono, para que la faz de uno ya no parezca un chaleco de camuflaje. Y limpiar los poros, atacados desde el amanecer por varios flancos. ¿Qué pasa? Que lo notas al momento. Te cuentan que la crema lleva extracto de un alga mediterránea, P. Pavonica, y recuerdas lo mucho que triunfan los transalpinos en las playas españolas cada verano; el acabado de tu cara, tras nutrirla e hidratarla con la crema, es mate, sin otro brillo que el de tu súbita felicidad. La gente lo ve y te lo dice. Tú lo ves, y la sonrisa aflora a tu cara como en las películas; olvidas un rato el claqué, las facturas y el estrés. Es un momento Total y Perfecto. Pues eso, compañero…
