La big band paulista que no puede evitar seguir cosechando fans regresa con un nuevo disco tan intenso como su aclamado debut.
Qué: Disco (edita Traquitana)
Cuenta la leyenda reciente que históricas veladas del ciclo Baile do Bixiga fueron lo más caliente de la noche paulista de la temporada 2011. Por entonces, Bixiga 70 era una incipiente big band que venía de acompañar a Pipo Pegoraro en su álbum Taxi Imã. El impacto causado por sus ataques a base de vientos y ritmos poderosos fue tan grande que su emancipación fue un hecho natural: desde entonces, ya consolidado como un grupo con autonomía y público propios, Bixiga 70 cosecha fama y aplausos en aquellas noches de conciertos que agitaron São Paulo, al punto de extenderse al resto de la ciudad. Ahora llega su segundo disco, y no es difícil comprender su rápido ascenso: como la mezcla entre las bandas sonoras de las película de persecuciones de los 70, el jazz y las percusiones más potentes de la música brasileña, su música es pura fuerza endemoniada, con los vientos dominándolo todo. Obras maestras como Kalimba –donde el gen latino aparece con más fuerza–, O tigre y Kriptonita no deberían faltar en ninguna lista con los mejores temas del año.