Desde Gotemburgo, Sumie apuesta por la expresión sencilla y la ausencia de desgarro en un compendio de canciones cálidas, cómplices, que eligen la expresión pausada y directa sin perderse en interludios ególatras.
Qué: Disco (edita Bella Union)
Sumie, sueca de ascendencia japonesa, tiene una hermana mayor famosa, Yukimi, que lidera el grupo de dream pop Little Dragon. En su primer atisbo al negocio musical, Sumie ha elegido un armazón minimalista: su dulcísima voz (Edie Brickell mezclada con Elisabeth Fraser) y su guitarra acústica: con estas dos herramientas fabrica canciones artesanas, que podrían figurar en la banda sonora de un filme de Aki Kaurismäki o Eric Rohmer. Sumie prefiere el susurro y la nana a la estridencia, quizá porque dedica casi todo su tiempo al cuidado de dos hijos pequeños. Ha grabado en el estudio del pianista alemán Nils Frahm, productor del disco, y que ha aportado sus teclas a varios de los temas. El resultado tiene un punto extrañamente gozoso: las canciones no son etéreas, no están suspendidas en las nubes: se siente una insólita calidez en los versos que lanza la chica de Gotemburgo, una afinidad con sus historias de manta y chimenea. Y se agradece que Sumie entregue sus reflexiones en dosis breves, porque así da tiempo a paladearlas sin pensar demasiado.
