Llega una nueva obra desubicante de Cavestany, de humor polícromo, rodada sin presupuesto: un ojo público que aborda situaciones cotidianas vividas por caras conocidas que tampoco se interpretan a sí mismas. Toronto se rindió ante la idea…
Qué: Película (estreno en España)
Juan Cavestany acumula muchos años de experiencia en el cine, primero como crítico, luego como guionista y, desde hace un tiempo, también como director. En esta película se las ha arreglado para componer un bodegón de sentimientos unidos por el denominador común de lo grotesco dentro de lo cotidiano. Un padre recogiendo a su hijo en el colegio, involucrado en una filmación televisiva que termina siendo irritante, protagoniza una de las historias; el miedo de un vecino, el reality bite de una familia que descubre la homosexualidad de su hijo… todas las situaciones se van sucediendo sin hilación, pero formando al mismo tiempo una extraña armonía. La cámara de Cavestany, que se mueve curiosa junto a la oreja del «dire» y se detiene para reflexionar cuando el momento lo exige, es un mero ojo público de las miserias y maravillas de la naturaleza humana. Gente en sitios, haciendo cosas, pugnando para no devorarse y centrada inconscientemente en seguir dando vueltas a la rueda sin volverse locos del todo. En el Festival de Toronto, los espectadores alucinaron. Es lo que tienen las cosas de aparente sencillez cuando se exhiben en la frecuencia sideral adecuada.