El cantautor argentino firma su álbum número quince acompañado de canciones de entrecasa con buenas dosis de rock.
Qué: Disco (edita Ultrapoop)
Dice el propio Antonio Birabent: «con una alegría y una pasión virginal, cada vez que pienso un disco y arranco la maquinaria siento que es el primero que hago». Birabent llegó a su disco número quince, y en el camino atravesó por todas las situaciones posibles a las que muchos ni siquiera se acercan: grabó un álbum con su padre, la leyenda rockera Moris, hizo alguno de versiones, viajó a grabar al exterior, lo hizo en la sala de su casa, en vivo, con banda, sin ella, con presupuesto o sin él. El contexto, para él, es lo de menos: lo que importa es aquello que desea decir, y hacerlo de la manera más rápida posible. Esta vez, las canciones de entrecasa de Lápiz, papel y guitarra atravesaron un proceso inédito: el trabajo se financió con el aporte de sus fans, quienes colaboraron económicamente y de manera anticipada para que este disco sea una realidad. Deberían estar orgullosos: el nuevo álbum de Birabent es uno de los más francos, directos e inspirados de su extensa carrera.
