Rodeados de absurdos e historias mínimas, miles de argentinos caminan en peregrinación hasta la ciudad de Luján para ser recibidos por una futura celebridad mundial: el Papa Francisco antes de estar en el Vaticano.
Qué: Libro (edita Interzona)
En su novela anterior, La 31, Ariel Magnus ya había asomado su literatura al tejido social de la Capital Federal y sus alrededores. Su nueva obra se llama A Luján (una novela peregrina) y es algo así como un diario de viaje coral, cuyos protagonistas son los miles de peregrinos que, año tras año, parten desde el barrio de Liniers, en el límite de la Ciudad de Buenos Aires, hacia la ciudad de Luján, a unos setenta kilómetros de distancia. Lo hacen caminando, como en una procesión. Allí, en Luján, los espera el Arzobispo de Buenos Aires, para ofrecer su tradicional homilía para los peregrinos. La novela de Magnus concentra su relato en la última misa de un tal Jorge Bergoglio, quien al año siguiente se convertiría en el Papa Francisco. En la procesión, como es de esperar en la literatura de Magnus, sucede de todo y más: desde situaciones absurdas cargadas de humor –en la línea de un César Aira– hasta la descripción sociológica del conurbano bonaerense, ese gigante dormido que alimenta a todo una provincia.