Un joven viejo es un tipo que muestra una querencia anómala por los valores y las filias de sus padres. Un tipo que ya vivió a través de las vidas de otros. A veces, esa figura no invita a la compasión, sino al aplauso. Es un asunto sencillo cuando las referencias son excelsas… y sí, es el caso de Muerdo.
Qué: Disco (edita Kasba)
El cantautor murciano Muerdo (Pascual Kantero) presenta en sociedad su segundo álbum, después de que el mismísimo Aute apadrinara el primero en 2011; una impactante carta de presentación para este joven creador que suena estéreo pero podría sonar en mono sin levantar cejas de extrañeza, con el brillo de los maestros y el desparpajo de los que todavía no «llagan» (de llaga, no de llegar) pero ya intuyen la idoneidad de acumular pesares a la hora de escribir canciones. Amparo Sánchez se ha encargado de producir Tocando tierra, además de compartir las voces en el tema Ha llovido. La música de Muerdo es cubana, mexicana, andina, española vieja, canciones de maraca, piano, digitación mimosa en la guitarra y trompeta llorona, trenzadas con una voz que horada el alma. Las colaboraciones enriquecen el producto: Lichis, Dolo y Pedro Guerra (magnífico corte Camino, que comparte Muerdo con el canario). En el tema Semillas se intercalan frases del discurso de Chaplin en El gran dictador. Para cerrar, una ilustrísima revisitación de Los ejes de mi carreta, el clásico de Romildo Risso y Atahualpa Yupanqui (en la versión de Muerdo se intercalan pasajes leídos del gran Atahualpa) que tan sabiamente reinterpretó Facundo Cabral, entre muchos otros.