La obra póstuma del escritor aragonés, uno de los más prolíficos de las últimas décadas, es un misterio protagonizado por un inspector del cuerpo de recaudadores, que llega en tren a una ciudad que parece estar desierta.
Qué: Libro (edita Anagrama)
Tomeo murió hace unos meses por una infección adquirida en un centro hospitalario. Un infortunio que puso fin a la existencia de uno de los creadores más prolíficos de las letras españolas. El aragonés y sus queridos monstruos tienen ya garantizado un sitial de privilegio en el panorama literario nacional. Esta breve obra, que dejó como legado, cuenta las desventuras de Hermógenes W., un tipo que sufre el síndrome Bowie: tiene el ojo derecho de color azul y el izquierdo verde. Además, es inspector del cuerpo de recaudadores. Su misión es recaudar el dinero de los contribuyentes de la ciudad de Boronburg. Cuando baja del tren nadie le recibe en la estación y cuando llega a su hotel nadie le recibe en la recepción. Telefonea al Ayuntamiento y una voz le informa: «Aquí no hay nadie», y cuelga. Cuando cae la noche comprueba que en ninguna ventana se enciende la luz. ¿Está en una ciudad fantasma? ¿Todos los habitantes han huido ante una catástrofe inminente? Hermógenes no tardará en descubrirlo. Para el lector, misterio al canto… y la garantía de una lectura tan plácida como vibrante.
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