Javier Molina pinta su lienzo sonoro con tonalidades grises, melancólicas; su búsqueda de la belleza no se empaña por las notas tristes, y refulge especialmente en las cuerdas de sus guitarras.
Qué: Disco (edita Ovejas y Discos)
Javier Molina es un todoterreno, un artesano que ha elegido las marchas cortas para su particular travesía. Acaba de sacar al mercado Duelo al alba como Delanada, después de componer y cantar todos los temas (ocho), además de marcar la línea melódica con las seis cuerdas, producir e incluso mezclar el álbum. Jordi Funes ha aportado la slide; Dani Masgoumiery toca el hammond en La canción de los muertos y Enésimo manual de conducta, mientras que El Lega aporta su eléctrica en Presente continuo, donde Masgoumiery toca el piano. Molina es un bardo de alma mestiza, que llamaría casa a un café en el desierto o una casa rural en el Ampurdán. La belleza se esparce por los temas como hojas secas sobre la hierba de los parques: despacio, en vaivén, con momentos magníficos del calibre de las instrumentales Despierta inconsciente, Campo a través y Hombre mira piedra. Elige la melancolía para avanzar por caminos agrestes, y su elección funciona como combustible diésel. Lo demás es virtud de un piloto diestro y sereno.