Nuevo trabajo de uno de los grupos más interesantes del panorama independiente español. Su música raspa como la lija del siete: sería la banda sonora perfecta para un remake de Perdidos en el espacio.
Qué: Disco (edita Elefant)
Es muy complicado encontrar belleza académica dentro de un muro de sonido guitarrero; eso sí, el muro puede ser bello en sí mismo, desde el aturdimiento que sigue a la conexión química entre dos seres o dos sensaciones. Linda Guilala ensordece y engancha al momento, con melodías poperas haciendo chiribitas bajo los decibelios. En estas seis canciones de nueva factura, los gallegos (que cuentan ahora con Bruno Mosquera en la guitarra) derrochan oficio, electricidad y tino. El empaque, además, aumenta el atractivo: un vinilo transparente de diez pulgadas, en edición limitada a quinientas copias. El resultado tiene referencias obvias, desde Jesus & Mary Chain a My Bloody Valentine, Pale Saints, Lush o los mismísimo Planetas. Temas como Haciendo daño son ejemplo perfecto de la dicotomía conceptual del disco: caricia y bofetada, armonía y desgarro. Lo mejor de todo es el regusto final: sabroso e intenso, como una buena mariscada. Hay ganas de más.