Digo Detroit cuenta las cosas con una sorprendente capacidad de giro en el cuello: miradas atrás y huidas hacia delante con un punto de inocencia, que marida bien con la nostalgia y el baile medicinal.
Qué: Disco (edita La Cúpula Music)
Dos años de trasiego con nueva denominación, que siguen a una década de maceración en otros proyectos, como Sweater (esfuerzo en comandita de Felipe Cedeño y Carlos Bibiloni, compositores y núcleo del grupo), han servido a Digo Detroit para gestar un álbum consagrado por completo a la explosión de sentimientos. Todo a flor de piel, sin la menor reserva. Lo que transmite el disco es lo que expresa la banda en los directos: pop pegadizo de guitarras prestas para marcar el camino, un poco de ironía para sazonar letras nostálgicas y el aire naif que toca la fibra sensible de la audiencia cuando la historia conecta con experiencias personales de época pretéritas. Desde la elocuente Hipsteria al tempo galopante de Extraños, el estribillo de Reflejos, el mantra de Tranquilo y, en definitiva, el convencimiento de que bailando se pueden alejar los malos espíritus con un altísimo porcentaje de efectividad.