Después de publicar una extensa serie de relatos y ensayos, el escritor, editor y arquitecto mexicano –aunque nacido en Argentina– debuta con una novela fascinante en la que las formas encierran a una trama cargada de saltos en el tiempo.
Qué: Libro (edita Periférica)
Nicolás Cabral creció y vive en México. Sin embargo, nació en Argentina –más precisamente en Córdoba– hace casi cuarenta años. Claro que es un dato apenas formal: él y sus padres, ambos exiliados políticos, se instalaron en tierra azteca un año después de nacer. En México, Cabral se convirtió no sólo en arquitecto, sino también en hombre de letras: es editor de la interesante revista de artes La Tempestad, y publica regularmente ensayos y relatos. Ahora llegó el turno de Catálogo de formas, una novela tan extraña como atrapante en la que su autor da un paso más allá en sus búsquedas literarias. Como no podía ser de otra manera, su protagonista es un arquitecto, y uno bastante peculiar: está enamorado de las formas modernas, y toda su obra parece orientarse en ese sentido. De pronto, invadido por cierto desencanto por lo que considera falto de sustancia, resuelve volcarse a la naturaleza. Finalmente, termina construyendo en plena selva, sin que su trabajo parezca tener utilidad alguna. Pero más allá del relato, la novela brilla en sus formas, o más bien en la falta de ellas, con una estructura tan poco común como su construcción narrativa: como todo buen arquitecto, para Cabral la linealidad está más en el concepto que en el tiempo, un rasgo que hace de Catálogo de formas una obra única e inquietante.
