En un acto de grandeza incuestionable, uno de los padres del Tropicalismo rinde tributo al rey de la bossa nova, asomándose a su archivo y reversionando una serie de clásicos inolvidables que hoy cobran nueva vida.
Qué: Disco (edita Sony Music)
¿Qué motivaciones, si no fueran artísticas, deberían mover a una leyenda de la música brasilera para rendirle tributo a otra? En cualquier lugar del mundo quizás ninguna. Pero hablamos de Brasil, donde el término «comunidad musical» no es sólo una expresión formal sino una realidad absoluta. Históricamente, el músico brasileño vivió con una naturalidad envidiable el ejercicio de compartir visiones y talento, y este disco, en el que nada menos que Gilberto Gil homenajea a João Gilberto es un nuevo capítulo que se escribe de esta larga tradición. Claro que no siempre los implicados tienen un peso específico tan indiscutible en la historia de la música local. En este caso, es uno de los fundadores del Tropicalismo –el otro, Caetano Veloso, participa escribiendo el texto del libreto– asomándose al archivo del padre de la bossa nova. Y lo hace con una mezcla de respeto y desfachatez admirable. Así, un himno como Desafinado cobra nueva vida en la voz de Gil, acompañado por la extraña –pero preciosa– guitarra de Pedro Sá (guitarrista histórico de Caetano) y la percusión de Domenico Lancellotti, uno de los productores jóvenes con más recorrido y prestigio de las nuevas generaciones. Las mismas que, siguiendo el saludable mandato, seguramente se rendirán tributo entre ellas llegado el momento.