Música grande, música que cala y convierte en pómez los impermeables. Beben de muchas fuentes: americana polvorienta, Brasil, Los Brincos,‘Graná’… cualquier día le rizarán el pelo a Cleopatra.
Qué: Disco (edita Ernie)
Cuando un grupo lleva ya un montón de discos puliendo su sonido y dando circunstanciales volteretas en pos de la motivación es muy complicado toparse de pronto con sorpresas entre los andamiajes de un nuevo trabajo. La zona de confort es algo a lo que se abocan irremisiblemente los zapadores del pop cuando las canas empiezan a asomar por la barba. O no, qué diablos. Si este axioma fuera infalible, Niños Mutantes no habría sacado El futuro. No andaríamos así de sorprendidos los escépticos por naturaleza: ni siquiera lo estarían aquellos que siguen al grupo y esperaban agua de mayo en abril. ‘Todo va a cambiar’, ‘Hermana mía’ –venturoso anticipo- ‘Barronal’, -bajos que siguen a ‘alti-’ y también encandilan como ‘Boomerang’ o ‘El circo’… el álbum es una abusiva sucesión de temazos, con menciones especiales para pespuntes del calibre de ‘Huesos’ –qué canción tan bonita- o tan desasosegantes como ‘Esto es lo que hay’. ¿Y el cierre? ‘La epidemia’ guiña el ojo a Los Brincos y se quita el sombrero ante Alex Chilton; ‘Olvídate de mi’ es una oración de carretera, la banda sonora de un viaje a lo más profundo del alma, con paradas técnicas en los recovecos sin nombre que constituyen la esencia de la propia ruta. Un disco maravilloso: si fuera un sándwich, habría que comerse los ricos bordes primero para deleitarse en el centro, y viceversa, hasta un éxtasis gourmet de impoluta gula.