El autor de Obabakoak propone en esta ocasión un viaje por el desierto gringo y la Euskadi profunda, que también supone un tránsito emocional entre realidad, ficción, recuerdos y proyecciones.
Qué: Libro (edita Alfaguara)
Bernardo Atxaga se ganó el acceso al Walhalla con veintiocho años. Obabakoak le garantizó a tan tierna edad un lugar en el olimpo de los grandes escritores. Veintincico años después, tras otros éxitos como Siete casas en Francia –que conquistó el mercado anglo y también el galo–, el académico de la lengua vasca propone una historia de historias, delimitada por el viaje de un escritor a la desértica Nevada, el estado que alberga la capital mundial de los divorcios rápidos, Reno. Las vivencias reales del viajero, un escritor, se entremezclan con imágenes de su pasado en el País Vasco, y generan a su vez imágenes de historias aún por vivir. La línea blanca del relato es precisamente su condición de historia en curso, en la que cada acontecimiento (especialmente los luctuosos) deja huella, y conduce indefectiblemente a la siguiente etapa en el camino destinista de cada individuo. La prosa de Atxaga hace que la travesía propuesta sea a un tiempo placentera e inquietante: una autopista de circunvalación alrededor de la propia línea vital, con numerosas salidas hacia los elementos que la transforman y resitúan cada día.
