Una historia de amor, un retrato generacional, un viaje al pasado. La opera prima de la realizadora y escritora peruana es todo eso y más: situada en los años 80, retrata el terrorismo político que manchó, para siempre, la historia reciente de su país.
Qué: Película (estreno en Perú)
Lima, años 80. Ana y Lucho atraviesan una infancia medianamente feliz, entre la música de la época y la diversión de todo adolescente. Luego se ponen de novios y las cosas parecen ir de maravilla, hasta que una sombra cubre su historia, como la de toda su generación: el terrorismo político. Así, imaginan un viaje de escape a un lugar imaginario que ellos mismos bautizan como Tombuctú. Sin golpes bajos, introduciendo la violencia política con una sensibilidad y sutileza admirables, Rossana Díaz Costa construye una historia de amor manchada de hechos dolorosos, sin por eso dejar de lado el humor y el cariño para recordar una era que marcó a fuego a Perú. Porque Viaje a Tombuctú se trata, principalmente, de una película sobre la memoria. Y, al mismo tiempo, sobre todo aquello que hoy, treinta años después, permanece como una marca inevitable, con la que muchos latinoamericanos se acostumbraron a convivir, muy a pesar de sus trágicas consecuencias. Imperdible.
