El líder de Blur y cerebro musical de Gorillaz firma por primera vez un álbum en solitario. Moderno desde el sonido, tradicional desde la forma: sin artificios ni discursos, una delicada colección de canciones de autor que confirman que estamos frente a uno de los mejores cronista de su época.
Qué: Disco (edita Parlophone/Warner)
¿Qué esperar, veinte años después de su irrupción estelar izando la bandera del brit-pop, de un hombre que lo ha probado todo, generalmente dando en el clavo? Es la pregunta a la que nos enfrentamos cuando llega el momento de devorar Everyday Robots, debut oficial de Damon Albarn en solitario. Porque hasta aquí, más allá de Blur, lo suyo habían sido las colaboraciones: desde la fantasía adultamente infantil de Gorillaz a sus viajes a Mali, del dub de The Good, The Bad & The Queen a sus labores como productor de leyendas vivientes como Bobby Womack. En Everyday Robots, Albarn parece mostrarse, quizás por primera vez, sin máscaras de ninguna clase. Y lo que se impone es tan genuino como intimidante: a medida que avanza el álbum, emerge la figura de un cantautor dispuesto a contar sus verdades, eso sí, vestido de vanguardia musical y utilizando a la tecnología como herramienta comunicacional. Hecha la salvedad, el resto es canciones de autor, de un gran autor, tan al desnudo que impactan. Un disco para saborear lentamente, sin esperar más que lo que ofrece, que no es poco.