Apenas cumplido un año del lanzamiento de su primer disco, Cuello vuelve a las andadas con Modo eterno, un trabajo tanto o más desmelenado que aquel. El álbum, grabado en directo, huele a consolidación.
Qué: Disco (edita Bcore)
Despuntar en fase debut puede ser cuestión de suerte o virtuosismo. De lo segundo, Cuello entiende un rato. Apenas pasado un año y tras su primer álbum Mi brazo que te sobra, el cuarteto mantiene intacta su corpulencia a través del ya conocido y despreocupado punk rock arrollador que le caracteriza. Modo eterno, segundo trabajo de los valencianos publicado en tiempo récord, es una mixtura entre canciones que rozan lo concéntrico y un frenesí de guitarras que no cesan. La banda acentúa en esta nueva entrega un universo melódico tan personal como sólido, con total disposición para el despilfarro de energía. Música desobediente y compilación de temas que parecen atender a una rebeldía melódica y vocal de gran poder de atracción. En definitiva: sucesión de cambios rítmicos constantes en donde temas como Tren de poder o Tu fuego de luces, que cierra el disco, coronan una obra de espíritu efervescente en el que la voz de José Guerrero nos pasea velozmente por un sinfín de melodías convulsas.