El Mundial de fútbol ya es historia, pero Río de Janerio es más que el Maracaná y lo que le rodea. Como un hijo pródigo inesperado, un quinteto local encuentra su mejor forma enfocando su propuesta en la esencia más pura de la música carioca.
Qué: Disco (independiente)
Se ha dicho decenas de veces, pero es cierto: en ocasiones, menos es más. Y un buen ejemplo es el derrotero musical de Fino Coletivo, un grupo creado bajo la larga sombra de influencias de los años 90, cuando el concepto big-band se apoderó del rock alternativo. Desde Mano Negra y los Fabulosos Cadillacs a The No Smoking Orchestra, la banda itinerante del cineasta Emir Kusturica, el modelo fue subir a un escenario (o meter en un estudio de grabación) la mayor cantidad de músicos posibles. En el caso del grupo carioca, la madurez parece exponerse en un goteo de integrantes que, créase o no, favorece notabemente su música: Fino Coletivo empezó como un octeto y llega a su tercer disco con apenas cinco integrantes. Desde el samba tradicionalmente modernizado de Iracema al relax de la preciosa De mare, todo en Massagueira suena genuino, estable y definitivamente inspirado en la tradición bosanova de su ciudad de origen. Un gran paso adelante para un grupo que parece encontrar su mejor forma en su esencia más pura.
