Tras años y años batallando y sorprendiendo en el indie porteño, el cantautor argentino cruza la Cordillera de los Andes para iniciar romance con Quemasucabeza, el indispensable sello chileno que publica su nuevo trabajo: un conjunto de emociones pop que renueva su propuesta.
Qué: Disco (edita Quemasucabeza)
Primero fue un rumor, hasta que finalmente se estableció como una de las voces más interesantes del folk-pop argentino: guitarra en mano, textos afilados y una búsqueda de sonidos renovadores fueron su marca de origen. Su relación artística con Daniel Melero, gurú de la vanguardia pop argentina, ensanchó sus límites, y mucho de eso puede apreciarse hoy en Constante, su nuevo disco, el segundo en formato larga duración y el primero que publica bajo el manto de Quemasucabeza, el sello chileno que ya es mucho más que una simple referencia de pop latinoamericano. En Constante, las diez canciones buscan un único objetivo: sumergirse de cabeza en el pop electrónico sin abandonar por eso el afán de experimentación natural de Diosque, que esta vez lo lleva a aproximarse a distintos ritmos. «Es un disco que prioriza letra y danza. Es lo más pop que he hecho, con acercamientos al tecno y hasta coqueteos con el hip hop», dilucida su autor. El álbum fue producido por Jean Deon y Marcos Orellana, ambos integrantes del grupo argentino Michael Mike, y mezclado en Brasil. «Las cosas sencillas de la vida desatan la poesía y la hacen infinita», finaliza Diosque.