Cantaba en una banda de blues hasta que descubrió que podía diseñar canciones propias con el ordenador, sin depender de otros músicos y horarios. Acaba de publicar su disco de debut, un inspirado viaje electropop que coloca a Phoro entre las revelaciones de la escena musical uruguaya.
Qué: Disco (independiente)
En el proyecto Phoro, creación de Pati Horovitz, comparecen varias edades o capas arqueológicas que van desde tocar la guitarra y berrear canciones de otros en su cuarto adolescente, probarse un largo tiempo como cantante de blues, hasta experimentos con el músico electrónico Par (Nacho Adda) que la llevaron finalmente a comprarse un Mac, instalar el Logic Pro y largarse a componer. Dos años después de empezar a probar con sonidos y diseñar las primeras maquetas, su vida cambió por completo: «No había ataduras, egos, o nudos de ideas desparramados que interfirieran en mi relación con la canción», cuenta Horowitz. «Podía controlar la batería, el bajo, las guitarras, los teclados a mi antojo y muy por fuera de mis capacidades reales». Phoro, reinventada como artista electrónica, toca periódicamente en eventos en plan DJ set, en fiestas electrónicas, abrió los shows de CocoRosie y Mogwai en Montevideo y publicó un primer disco que sumó centenares de descargas en su primera semana online y es una de las revelaciones de la escena musical montevideana underground. Phoro, el homónimo primer disco de Horovitz, muestra una madurez sorprendente para un debut de canciones electrónicas, a través de texturas que entretejen loops con dejos oscuros y voces que imprimen sutiles giros melódicos. Excepto la participación de Nicolás Demczylo de Santé Les Amis como coproductor de la canción Connect, el disco fue desarrollado artísticamente por completo por la propia artista. «En un determinado momento dejé de intentar hacer una banda, yo estaba muy decidida y tenía ideas muy claras de lo que me gustaba. Lo que no sonaba como yo lo sentía me rechinaba profundamente. Tantos años de tocar con veteranos experimentados me había dejado, como creadora, en un plano totalmente escondido donde yo solo era una cantante de fondo en un contexto de solos de guitarra eternos y estelares. A través de esta libertad creativa que conseguí con la electrónica, entendí muchas cosas de mí, hice un poco las paces conmigo misma».