Tan prolífico como supo serlo en los años ochenta, cuando construyó su leyenda, el autor y pianista rosarino se olvida de sí mismo para rendirle un curioso homenaje a su mayor influencia: la mítica estrella de rock argentina Charly García.
Qué: Disco (edita Sony Music)
Fito Páez hizo algo mucho más difícil que un álbum de versiones de su mayor influencia musical: se inspiró en ella para escribir once canciones originales, en tiempo récord, y así rendirle tributo a Charly García, quizás la máxima estrella de rock argentina. A lo largo de estas once piezas urgentes, el espíritu de García aparece no sólo en menciones en las letras (y en la versión de Loco, ¿no te sobra una moneda?), sino también en la música: está repleto de guiños musicales, algunos más evidentes que otros, que incluyen desde golpes de batería a una manera de tocar el piano en particular. Al modo de Lennon en Plastic Ono Band, una instrumentación sencilla con predominio de pianos y guitarras sobrevuela las canciones, entre las que destacan especialmente las baladas: Tenés que volver a amar, Muchacha y Los días de sonrisas, vino y flores están a la altura del Páez más inspirado y genuino. Dice Fito: «Rock and Roll Revolution nos muestra el protagonismo cultural de Charly en las últimas décadas. Lo compuse en dos semanas y lo grabé en Buenos Aires en otras dos, viajamos a Nueva York y allí hicimos el final de la grabación y mezcla con Joe Blaney». Blaney, y esto no es casualidad, es el creador del sonido de Charly en los años 80: se conocieron precisamente en Nueva York, cuando Joe trabajaba como productor estable de Electric Ladyland y García aterrizó en el estudio para registrar su disco más atrevido, Clics modernos, de 1982. Sigue Fito: «Grabaron, Mariano Otero el bajo, Gastón Baremberg la batería, Gaby Carámbula guitarra eléctrica, yo los pianos y teclados y Diego Olivero todo lo demás. Este es un álbum de un hombre que sabe lo que quiere y lo que no. Un álbum de afirmaciones y de declaraciones de puntos de vista. Habrá a quien le caiga bien y habrá otros que no. That's life. Y esa también es una forma de contarles a mis hijos quién es su padre. Qué piensa y cómo actúa en el mundo».
