De las diagonales de la Ciudad de La Plata –capital de Buenos Aires y cantera inagotable del indie nacional– a la selva africana: en su nuevo trabajo, Adrián Juárez propone un viaje imaginario a destinos exóticos y sonidos inquietantes.
Qué: Disco (edita Caminar de Elefante)
«Las canciones están situadas en el contexto de la selva, y transcurren durante un día completo, empiezan amaneciendo, recorren el día, a mitad de disco anochecen y se vuelven más oscuras, finalmente yéndose a dormir, llenas de temor y rodeadas de amenazantes criaturas ocultas que las observan». De esta manera describe su propio autor, el músico argentino Adrián Juárez, su nuevo disco. Un trabajo tan inesperado como sorprendente, que absorbe influencias africanas –sin filtros, directamente de sus raíces– para incorporarlas a su amplio abanico musical. Porque si en sus anteriores entregas sus canciones remitían más al clásico repertorio de cantautor invernal, Araucarias rompe el molde y se instala como un (imaginario) viaje a la selva para relatar, como bien detalla su creador, una jornada en plena naturaleza –o, al menos, en lo que Juárez imagina que sería. Un experimento arriesgado que no por eso se olvida de las melodías, tan elaboradas como el concepto global de un disco que marca un antes y un después en la carrera del músico platense.