He aquí talento adolescente motorizado por espíritus arcanos. Cuba en la sangre con ropajes cosmopolitas y minimalistas. Las gemelas Díaz están llamadas a hechizar oídos selectos (y, probablemente, marcas comerciales) con su inmenso talento.
Qué: Disco (edita XL/Popstock)
Hace 25 años, en Bristol, Massive Attack sorprendió al mundo con una forma novedosa de atemperar la música, el loado trip hop. Hace unos meses, desde París, las gemelas Naomi y Lisa-Kainde Díaz (francesas de educación, cubanas de sangre e hijas del percusionista Anga Díaz, muerto de un ataque al corazón a los 45 años) adoptaron su propio modo de «tripear», en el que la tradición yoruba encauza un ritmo similar al latido de un neurocirujano apoyado por los betabloqueantes: pausado, preciso, motor de un embrujo que no necesita de barroquismos. El canto de estas dos adolescentes tocadas por los dioses de la afinación y el sentimiento lacera las almas con suma suavidad. Facturan música ablandadora: cada estrofa es una gota cayendo de una estalactita, el infalible sistema de riego que salva a las almas endurecidas de toda maldición. Las hermanas se apoyan en el cajón, el tambor batá y el piano para dar forma a sus composiciones, que utilizan recursos muy variados (dentro de una estética uniforme) para emocionar: en Faithful, por ejemplo, las notas parecen arrastrarse por el pentagrama; los versos reptan y se encabalgan en un ritual hechicero. El piano de Singles confiere un aire urbano a la oración que acometen las voces, y la melodía de Think Of You (quizá la mejor pieza del álbum) reposa sobre un árbol rítmico diferente, que descoloca y cautiva al mismo tiempo. Para escuchar con todos los poros abiertos.
