Jabalina acaba de editar el esperado nuevo disco de Pumuky, un grupo que transita por el lado tenebroso del pop, el que se mueve en la incomodidad del tópico como pez en el agua.
Qué: Disco (edita Jabalina)
El cuarto disco de la banda se abre como saliendo de entre tinieblas, detrás de un muro de sonido denso, con guitarras salvajes, distorsiones, un ritmo arrastrado y una letra opaca que da forma a Taniyama-Simura. Es sólo la presentación, quizás los otros nueve temas no sean tan complejos y agresivos pero la atmósfera parece la misma. Jaír Ramirez y sus compañeros en Pumuky persiguen y encuentran un terreno donde la música se mueve sinuosa y serpenteante. Sirvan como ejemplos El señor de las bestias o El escondite, dos cortes lentos en velocidad pero con un ambiente que atrapa. Se nota ese sutil cambio incorporando ritmos sintéticos en lugar de baterías reales así como una clara devoción por el pop etéreo de bandas como Slowdive o incluso Beach House. Como un remanso de paz es el cierre con Crash o el crescendo de intensidad de Reducción al absurdo con ese final en el que electrónica y post rock se dan la mano. Aunque el anti-hit de este disco sería la compleja Escritura automática en 9 mm, una canción que sube y baja como una espiral en torno a la voz de Jaír. Cada nuevo trabajo es un paso positivo en la carrera de la gran banda que es Pumuky.