El tercer álbum del proyecto liderado por Joni Antequera sigue escorado al tecnopop colorista, naif en las formas y sobrado de hondura conceptual.
Qué: Disco (edita Subterfuge)
Llámele usted pop sintético (denominación oficial) tecnopop colorista (acepción colateral) o indietrónica que alegra las piernas y revoltea las endorfinas. Amatria se recrea una vez más en su óptica hedonista del arte, con toques retro en los arreglos y deudas reconocidas a los grandes de la electrónica de baile, la new wave ochentera y el glam. No falta el guiño a la generación anterior con la revisitación de La Copa de Europa que incluyeran Los Planetas en Una semana en el motor de un autobús. Hay canciones especialmente lúcidas, como ese derroche de actitud y delicadeza que es Hay miedo o La buhardilla, una verdadera oda a Vince Clarke y el protosonido de Depeche Mode. Chinches, el avance (con un curioso videoclip) es una invitación lacrada a la convulsión de los humanos que gustan de danzar con los ojos cerrados. El cierre orquestal que marca El canto de Abu es una guinda estilosa al más mediterráneo de los nuevos talentos patrios del pop.
