Con un estilo personal y sencillo, la banda McEnroe no se asemeja en nada al casi siempre encendido ex-tenista con el que comparte nombre. Su quinto disco es un claro ejemplo de pop exquisito con toques de country.
Qué: Disco (edita Subterfuge)
Con una de las voces más profundas del panorama español, Ricardo Lezón encabeza a la ya veterana formación McEnroe que acaba de publicar el que es su quinto álbum de estudio. Rugen las flores es una estupenda metáfora inspirada en un poema del escritor Eduardo Lizalde, en la que la alegría y la belleza acallan todo el ruido de fondo que nos encontramos. En este nuevo trabajo unas letras casi en recitado, profundas, reposadas, a veces melancólicas y siempre de una gran belleza, parecen flotar sobre un manto de pop con reminiscencias al alt-country de Lambchop o Cass McCombs, con guitarras melodiosas, ritmos lentos y arreglos cuidados. Sirvan como ejemplo de ello La electricidad, El puente o la relajada Caballos y palmeras. Uno de los escasos contrapuntos a este claro estilo es Esta misma sensación de soledad, en la que participa en las voces Miren Iza, de Tulsa, banda hermana en cuanto a sonoridades y referencias. Este quinto disco de la banda vasca ha vuelto a ser producido por Raúl Pérez y la masterización se ha llevado a cabo en los estudios de Roger Siebel, en Arizona, un templo del pop reposado por el que han pasado Bill Callahan o Alena Diane, entre cientos de artistas.