La cantautora paulista debuta con un disco tan revisionista como moderno, uniendo samba, rock de los 70, psicodelia y tradición religiosa en temas que se vuelven adictivos desde la primera escucha.
Qué: Disco (independiente)
En el pop de los Estados Unidos está clara la tendencia de rescatar lo vintage con una mirada moderna, algo que Jack White y varios artistas de Third Man Records hacen muy bien. En Brasil, parte del under parece tener ideas semejantes pero evidentemente mirar al pasado allí significa revisionar los sonidos de los tropicalistas, los artistas alternativos y los pioneros de la psicodelia brasileña. La cantautora Luiza Lian sintetiza muy bien esa gama de influencias reinterpretadas desde su filtro personal, que incluye también el samba y las canciones de las religiones afrobrasileñas como la umbanda y el candomblé. Su disco de debut homónimo es una perlita de neopsicodelia que puede ser sexy y mística a la vez. Hay mucho de lo que hizo Gal Costa en sus primeros trabajos pero con una visión de «modernidad revisionista» que aportan sus músicos, todos provenientes de celebradas bandas del under de São Paulo, como O Terno y Grand Bazaar. La voz de Luiza es afinada, pero a la vez puede ser juguetona y hasta infantil, dotando a las canciones de una identidad muy peculiar y casi siempre adictiva. Los temas clave para comprobarlo son Ônibus lotado, Falador, Protetora y la poderosa Chororô.
